¡El avión, el avión!

Irene 19 Dic 2005 5 comentarios

La semiótica vale como semiótica, y es muy bonita, pero en cuanto la queremos forzar como herramienta de diseño, nos vamos a la isla de la fantasía, con Tatoo y todo. No hay nada más obtusamente hipócrita que la postura de un diseñador que, creyendo ejercer la semiótica, haciendo uso de un vocabulario sofisticado que le sirve para convencer a un cliente, ciego, que desfallece ante la pomposidad de lenguaje de su consultor-mago, cree que es mejor diseñador que quienes no recitamos de memoria los discursos de un Norberto Cháves […]

Esta es una de las cuestiones que siempre me generan inquietud.
Me parece indispensable el crecimiento teórico y la toma de consciencia respecto al rol que juega nuestra profesión en la sociedad y la cultura. Pero ¿cómo podemos acompañar ese crecimiento con el desarrollo de nuestras competencias prácticas?

Quizá parte de la respuesta la dé el mismo Alejandro Lo Celso, en la entrevista hecha por Carlos Carpintero, que encontré leyendo El Burlador.

[…] el diseño-magia, tal como aun lo practican encumbrados profesionales, está en baja. Los empresarios, los tomadores de decisiones, hasta los mercadólogos más desprevenidos, conocen la problemática de los lectores, de los usuarios o –menos noblemente– de los consumidores–. ¿Hasta cuándo le vamos a seguir vendiendo la semiótica? Hay que salir a estudiar a los lectores, probar si nuestro diseño funciona o no, demostrar a los comitentes que nuestro trabajo no está inspirado por los dioses, sino que tiene asidero en la realidad.

5 comentarios

  • Erik Larsson says:

    Hola,

    Opino que no hay absolutamente nada malo en utilizar y vender la semiotica. Forma parte esencial del trabajo de ser diseñador gráfico, igual que el gestalt y la retórica visual.

    El problema está en cuándo el diseñador habla solamente en términos de semiotica, tipográfica o cromática. Entonces si que va a haber una ruptura en la comunicación del cliente.
    Diseñadores gráficos tiene que aprender hablar en objetivos de negocios y hacerse ver cómo un socio estratégico en vez de un servicio. Es design management.

    Soy Erik Larsson y escribo en el blog Apuntes Gráficos -> http://www.eriklarsson.com

    Saludos desde Barcelona!

  • Patricio says:

    Design management… ¿nada más?

    Me hace acordar a la visión de un conocido, diseñador gráfico y adjunto en un catedra de diseño de la UBA que, desde que se casó con la hija de un importantisimo director de una aún mas importante entidad, cambió su discurso, visión y forma de vestirse, hasta se cortó el pelo y la barba. Lo triste es que este diseñador con mucho de idealista y bohemio de pronto comenzó a hablar de management, branding, diseño estratégico, a posicionarse como socio y director externo en empresas de sus clientes, etc. etc.
    Como si ser solamente un DG fuera poca cosa para impresionar favorablemente al poderoso suegro.

    Te paso este link muy bueno aunque seguramente opuesto a tu visión del diseño: El diseño cortesano (de Ramiro Espinoza)

    Saludos desde Buenos Aires.

  • Erik Larsson says:

    Hola Patricio,

    Gracias por el link de articulo de Espinoza, es interesante, y tenías razón, no estoy de acuerdo. Si quieres ser artista, dedícate a eso, pintas, haces esculturas , pero no intente resolver las problemas de comunicación que tenga tu cliente partiendo de tus ideales. Siempre puedes decir no si no estás de acuerdo con sus ideas. Pero si dices si, tienes un trabajo. Resolver sus problemas de comunicación y punto.

    Volviendo al tema del post:
    Muchos diseñadores gráficos tienen problemas hablar con el cliente porque el diseñador habla justamente en términos de semiótica, la ventaja de Sabon, etc. P ej, utilizando la palabra arte en una discusión con un cliente es inútil, igual que utilizar titulos de puestos como director de arte, si dices arte, el cliente pensará Picasso, conectando eso a auto-expresión y ya estamos en camino hacia una discusión de gustos, lo peor que puede pasar a un diseñador gráfico con su cliente.

    No ser capáz o dispuesto de hablar sobre los problemas del cliente en un lenguaje que el pueda entender es una muestra de cierto grado de ignorancia.
    En un 90% la persona que compra tus diseños no tienen formación de diseño, hay que cambiar el discurso.

    La semiotica, la tipográfia, el grid, son las herramientas que se utiliza para llegar a la mejor solución.

  • minombresbond says:

    Son cosas distintas, una cosa es reflexionar sobre nuestro oficio y otra muy diferente, y legítima, construir un estilo discursivo compatible con el utilizado por nuestros clientes, para mejorar nuestro negocio.

    No tiene sentido hablar de estética, arte, gustos personales frente al cliente, pero detrás de una presentación cargada de fundamentaciones que hacen al seguimiento de un objetivo concreto, ¿qué porcentaje del resultado final se debe a preferencias estéticas del diseñador cuando diseña, a un diálogo conciente o inconciente pero inevitable con otros diseños y manifestaciones culturales, al gusto personal camuflado en intuiciones o fundamentaciones funcionales de los integrantes del directorio de una empresa mientras elijen entre diferentes propuestas?

    Es asombroso el poder que tiene el proceso de la negación en la psiquis humana.

    Que el diseño siempre esté atado a un fin concreto y a la posibilidad de pensarse como una estrategia, no invalida otros aspectos a considerar. Cuando un cliente te paga para resolverle una pieza de diseño es tu deber, desde un punto de vista ético si se quiere, hacer lo posible por generar una propuesta que le devuelva la mayor cantidad de beneficios, o cumplir con los objetivos que el te propone, si aceptás el trabajo.

    Cada diseñador elejirá un camino diferente para cumplir con lo prometido, me parece que en esa diversidad de propuestas es en donde se hace valioso el análisis de artículos como el de Espinosa.

    Algunas decádas mas adelante mucho de lo que podrá decirse acerca de los diseños de hoy, estará relacionado con esos diferentes caminos y poco con los ‘objetivos del negocio’ que hoy suponemos indisolublemente impregandos a nuestra propuesta.

    ¿Cuánto hay de diálogo con otros diseños ó diálogo con otros discursos gráficos (ya sea en la búsqueda de un recurso formal o retórico) en el tiempo dedicado al desarrollo de una marca y cuánto de adecuación a objetivos concretos para ese trabajo? ¿90% a 10% les parece o me quedo corto?

    Generalmente las visiones que intentan quitar al diseño su papel de producto cultural, niegan la posibilidad de una teoría estética para el diseño, o de una dimensión expresiva y artística, es decir no tienen nada que decir al respecto.

    Por suerte es bastante tranquilizador pensar, que aunque se nieguen sistemáticamente, estos aspectos culturales, expresivos, artísticos, estéticos, de hecho ESTAN presentes todo el tiempo. Incluso en el trabajo de los diseñadores que detestan esas palabras. La única diferencia quiza, es que no quieren o no son capaces de reflexionar al respecto.

    Utilizando una metáfora inspirada en uno de éstos apuntes escritos por C. Carpintero, podriamos decir, que hasta las parejas puritanas que solo hacen el amor para cumplir con el mandato religioso de procrear, no pueden evitar disfrutar del sexo.

  • Pysche Zenobia says:

    Creo que los conocimientos teóticos y el lenguaje técnico debe utilizarse con fundamento confrontándolo con otros profesionales de la comunicación. Hoy en día en la mayoría de las tareas de planificación, sea de comunicación, urbana, etc, es interdiciplinaria, donde cada uno da su postura desde su formación. Hace dos años que trabajo con un equipo de editores y comunicadores sociales y realmente debe saberse que el diseño se edita antes que nada, y toda la semiótica, teoría o lo que sea, si no es fundamentada, te la destruyen, alguien que no tiene idea le encanta lo que decis, pero a la larga no funciona.