Mujeres en código

Irene 11 Ago 2006 3 comentarios

Si sos mujer y estás cerca de lo tecnológico, la sociedad te dice que sos un bicho raro. Te cuestionás porqué te gustan estas cosas.
Quizá algunos hombres lo hagan sin darse cuenta y por eso es importante decirlo: incluso las pequeñas señales dicen mucho.
Si en una convención vas con un hombre y le hablan a él, nos están diciendo que no pertenecemos a ese ámbito.
Como comentaba Amaya Rodrigo, la primera mujer desarrolladora de Debian:

«Tenía que decidir qué cabina de discos externa debíamos adquirir en la empresa y fui a la feria SIMO. Iba con dos compañeros de trabajo y, cuando yo preguntaba algo al vendedor, me daba la espalda y contestaba a mis compañeros. Me disgustó también la cantidad de modelos semidesnudas, que dejaban los roles bien definidos: aquí la mujer viene a adornar».

Si dan por sentado que el que está a cargo es el hombre, también nos están marcando como creen que las cosas deben ser.

En la nota Cambridge denuncia la ’hostilidad’ hacia las mujeres en el sector tecnológico de mujeresenred.net se señala que «los sueldos siguen la tendencia histórica de ser más bajos para las mujeres» y también que «la participación de mujeres en la enseñanza y la industria tecnológicas está disminuyendo en los últimos años».

Los factores son múltiples. Las mujeres empezamos después y cuando llegamos a la edad adulta muchas nos vemos relegadas solamente al cuidado de nuestros hijos, porque el hombre está dedicado a su desarrolllo profesional. La mayoría de las mujeres que llegan a puestos importantes en cualquier ámbito no se lo deben a su capacidad sino a su persistencia. O sea que si no sos cabeza dura no llegás. No importa si sos buena.

«En multitud de ocasiones me ha ocurrido que, al atender la llamada de un cliente con una emergencia técnica, me ha pedido que le pasara con un técnico porque, por supuesto, al ser mujer yo era la telefonista».
Amaya Rodrigo

Personalmente estoy rodeada de personas que no son así: mi marido, mi socio, mis colegas de la udgba. Pero siempre me pregunto porqué la mayoría de mis clientes son mujeres. No puedo creer que sea una casualidad.
Y sigo sin encontrar una respuesta que me convenza.

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3 comentarios

  • Francisco says:

    Lamentablemente es así en muchos ámbitos.
    Se me ocurre que tal vez tus clientes sean mujeres porque al percibir esa hostilidad en el sector tecnológico supongan que una proveedora mujer las va a entender mejor, o no va a juzgar mal su supuesto ‘desconocimiento’ del tema.
    saludos!

  • pamela says:

    es completamente cierto…

    es ta casi arraigado en la sociedad de que las mujeres no saben nada de computadores. creo que esto se debe al poco interes de las mujeres desde pequeñas a estar «metidaS» en el pc haciendo cosas, buscando, intrusiando, etc. yo por lo menos aprendí desde pequeña como ocupar el pc, incluso era de las mejores en el colegio desd que tenía como 12 años creo(ahora 20), usando computadores para programar robots y eso… en un curso que se llamaba «robótica», recuerdo, por supuesto yo era la unica «cabra chica»…

    pero me sorprende, que estudiando diseño, aun me encuentro con personas que le sorprenda que yo SI SE ocupar el pc………….

  • Gez says:

    Las chicas por lo general son menos geeks que los chicos.
    En cuanto al uso de tecnología no tienen prácticamente diferencias con el sexo opuesto, pero sí hay diferencias a la hora de «ensuciarse las manos» con la tecnología.
    Ojo, no quiero sonar machista. Es simplemente lo que veo: es más frecuente que -por ejemplo- le guste instalar un linux y ponerse a compilar o cosas así a un chico que a una chica. Por qué es eso, no lo se.
    Pongo un ejemplo muy claro: Mi mujer es diseñadora, como yo. Está por lo menos 10 horas diarias adelante de la PC, como yo. Se podría decir que es una usuaria avanzada de varios programas de diseño.
    Sin embargo, si en algún momento hay que instalar/configurar algo -aunque yo se que ella es perfectamente capaz de hacerlo- me lo deja a mí y se va.
    Creo que tiene que ver con cierta tendencia a la ansiedad que tienen la mayoría de las mujeres, que pretenden de la tecnología cierta inmediatez que muchas veces no se da. Los hombres, por el contrario, suelen disfrutar más del proceso de «destripar» algún aparato o programa hasta que funcione.
    Aclaro una vez más que esto no es un juicio de valor. No es que las mujeres no puedan, sino que suelen preferir otras cosas.
    Aún así me molesta de sobremanera que la mayoría de nuestros clientes vengan y pregunten «no está tu marido?» cuando los atiende ella (aunque termina haciéndoles el trabajo muchas veces ella sola).
    Este prejuicio atenta contra la comunicación de las partes, ya que si el cliente me da a mi datos importantes sobre el trabajo que ella va a realizar, se está haciendo indirecto algo que tendría que ver el propio diseñador con el cliente.