Presupuestos y gestión del diseño

Como siempre la discusión sobre cómo presupuestar es un clásico.
En mi caso los criterios para presupuestar han ido cambiando en la medida que cambiaba mi rumbo profesional (como saben, me especialicé en diseño de weblogs), la entrada de clientes y la apreciación que los clientes mostraban por mi trabajo. Todo esto obviamente hizo que mi trabajo estuviera ‘más cotizado’ pero además cambió mi manera de abordar el trabajo (menos reuniones, pero más diálogo), de hacer el presupuesto y de poner condiciones (ya puedo prever muchos de los problemas de mi especificidad y por lo tanto propongo condiciones iniciales que mejoran directamente el resultado). Parte de nuestro trabajo es diseñar el proceso y no solamente la pieza tomada como objeto aislado. El proceso empieza incluso antes del primer llamado, porque la manera que nos conocen, nuestra promoción (sea por boca a boca o por algun otro medio) ya comunica parte del cómo hacemos las cosas. Por ejemplo, si nos conocen por cobrar poco será más dificil que un cliente acepte que nuestro valor es la calidad y que pague por ello. Y si queremos ofrecer calidad eso implica más tiempo de trabajo, más llamadas telefónicas y reuniones, más tiempo de estudio y cursos de perfeccionamiento y por lo tanto, el servicio debe tener una correlación en la facturación, si no se hace insostenible como negocio. Además, hay que plantearse cómo termina nuestro trabajo. ¿Termina al entregar la pieza? ¿Qué garantía ofrecemos? ¿Qué período de pruebas proponemos? ¿Damos soporte (más común en web, claro) y con qué costo?

Toda esta reflexión viene a cuento porque no siempre encontramos los elementos para poder avanzar en el análisis de nuestro negocio. Y quiero compartir con ustedes un documento de Alejandro Bottini, un colega con mucha experiencia, en el que comparte algunos criterios para elaborar nuestro propio modo de presupuestar.

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[Imagen de monidreams]